“A força de nits m'estimo la vida i d'ella en vaig fent la millor amiga, a cop de veritats, a cop de mentides, un poc em fa mal,un poc em fascina”
(A força de nits, Lluis Llach)
Así empieza “A força de nits”, la emblemática canción de Lluis Llach que sirvió de inspiración para la creación del espectáculo “A força de cançons” y que es parte de la banda sonora de la obra, toda ella perteneciente al género conocido con el nombre de “nova cançó”. Se trata de un movimiento artístico y musical que impulsó la reivindicación de la lengua catalana en el mundo de la canción, a la vez que sirvió como denuncia de los abusos de la dictadura franquista. Jaume Sisa, Xavier Elies, Pere Tàpies, Joan Manuel Serrat y Lluis Llach son algunos de los principales representantes de este movimiento.
Con guión de Laura Olivella y Pau Doz, coreografiada por la primera, dirigida teatral y musicalmente por el segundo y con Albert Doz, Elena Gadel y Xavier Duch completando el elenco, “A força de cançons” narra la historia de Joan, un chico que, cansado de vivir dentro de una caja, decide salir al exterior con el objetivo de vivir nuevas experiencias y recuperar la ilusión perdida. Durante su viaje al nuevo mundo, encontrará un circo lleno de personajes excéntricos que lo acogerán y lo convertirán en el clown del espectáculo.
La obra, a medio camino entre la comedia y el musical, introduce a la danza y a otros géneros artísticos dentro del multidisciplinar mundo del circo. Aunque a nivel escenográfico parece que la historia podría transcurrir a principios del siglo pasado, los interpretes presentan al publico una pieza atemporal en la que se tratan temas actuales como el sexismo, la libertad de expresión, los recortes económicos e incluso la lucha constante por alcanzar sueños e ilusiones personales, cuestiones todas ellas que no dejan indiferente al espectador y lo hacen reflexionar sobre su propia situación, contagiandole el espíritu de superación propio de los mismos protagonistas de la obra y también de los que en su día fueron la voz de la “nova cançó”.
Existe también una importante carga simbólica durante toda la función, que juega con elementos visuales como la caja de la que emerge el protagonista, símbolo de su salida al mundo real y de su búsqueda de una vida mejor, la combinación de los colores del vestuario o la jaula utilizada como lugar de castigo.
Homenaje a un movimiento de denuncia; oda al espíritu luchador; A forca de cancons se despide hoy del Guash Teatre con el honor de haber recordado unos ideales que marcaron una época y que hoy mas que nunca continúan vigentes.
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