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Roberto Zucco: El rostro de un asesino

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Tu com creus que a algú li pot venir la idea d’apunyalar o escanyar?
(Roberto Zucco; Bernard-Marie Koltès)                   

La muerte se esconde detrás de la obra Roberto Zucco de Bernard-Marie Koltès; la de los asesinados por el psicópata Roberto Succo y la del propio autor, que enfermo de SIDA, dejó como último legado a la dramaturgia esta obra que se mueve entre el drama y la poesía. Roberto Zucco es la historia de un joven asesino sin escrúpulos que en los años 80 aterrorizó a Francia matando a sangre fría a más de una decena de personas.

Koltès era calificado en su época como el máximo representante del “Teatro contemporáneo de verdad” y sus obras, tan solo 5 en sus escasos 10 años de producción, eran para los críticos un espejo de la sociedad y la relación romántica entre decadencia y juventud.


El enemigo número uno

Nadie podía imaginar que detrás de un rostro joven y jovial se escondía un asesino. Pero con sólo 19 años ya había matado a sus propios padres y a un policía. El “Enemigo público número uno”, como rezaban los carteles de las calles de Suiza, Francia e Italia y como repetían en televisión, nació en un suburbio veneciano de Mestre en 1962.  Se llamaba Roberto Zucco y, en esa época, casi nadie en Europa conseguía olvidar su nombre.

Se escapó de la policía en más de 10 ocasiones, huyó de psiquiátricos y de prisiones y solo consiguieron capturarlo en Italia, cuando intentó volver a la casa en la que había vivido toda la vida y donde había asesinado a sus padres. Antes de eso, estuvo muchos años viajando de un país a otro y dejando tras de sí una estela de inexplicables asesinatos, violaciones, asaltos y robos.

El asesino desde el tejado  

El Teatre Romea de Barcelona ofrece desde el 19 de febrero y hasta el próximo 21 de abril la obra “Roberto Zucco”, dirigida por Julio Manrique y protagonizada por el actor catalán Pablo Derqui, quien interpreta el papel del famoso asesino italiano. En el escenario lo acompañan Cristina Genebat, Ivan Benet, Maria Rodríguez, Xavier Boada, Rosa Gámiz, Xavier Ricart y Oriol Guinart quienes, a lo largo de la historia, adoptan el rol de los diferentes personajes con los que Zucco se va encontrando.

En cualquier obra el espectador coge como referencia al protagonista, quien va a ser su guía a través del argumento. En el caso de Roberto Zucco la empatía emocional puede producir cierta incomodidad a la audiencia puesto que se trata de un asesino frío y controlador que mata sin motivo alguno. Pero el psicópata que interpreta con realismo Pablo Derqui, el asesino que nos observa desde el tejado de la prisión,  inquieta más que atemoriza.

Quizá por eso, hace más de veinte años que Julio Manrique está fascinado por esta obra. El director quería dirigir su propio Roberto Zucco de Koltès desde que, hace años, vio en el Palau de l’Agricultura el montaje de Lluís Pasqual. Su Roberto se ciñe al texto, no muestra imágenes muy cruentas pero sí palabras muy duras.

En la obra vemos una realidad muy incómoda, una familia desestructura que maltrata a una joven, una mujer de clase alta que se queja de su vida casi por vicio, un prostíbulo plagado de jovencitas de vida perdida… En resumen: sexo, alcohol, mala vida y un asesino en serie suelto casi como excusa argumental. La crítica ya comparó en su día el texto de  Bernard-Marie Koltès con el Hamlet de Shakespeare. Como todos los dramaturgos contemporáneos, la obra del escritor francés tiene algo de Shakespeareano, pero su personaje bebe mucho de los asesinos en serie clásicos del cine y la novela negra. 

La escenografía es sin duda uno de los puntos fuertes de la obra. Desde que Julio Manrique es el director del Romea el teatro ha sido escenario de obras contemporáneas que se han acompañado de montajes espectaculares y bandas sonoras sorprendentes. En Roberto Zucco el espectador ve como se identifican las quince escenas de la función con títulos en pantallas de leds, banda sonora propia y juegos de luces. Un mismo escenario partido en cuatro ideado por Sebastià Brossa representa espacios como la azotea de una cárcel, una cocina, un prostíbulo, la vía pública o una comisaría. 


El montaje del Romea, la historia de un asesino inquietante y oscuro, se podrá ver en el teatro barcelonés hasta el día 21 de abril, momento en el que iniciará una gira por Catalunya. El próximo octubre además está previsto que visite el Teatro Español de Madrid.




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