Libertad:
1. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una
manera u otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
2. Estado o condición de quien no es esclavo.
3. Estado de quien no está preso.
El Versus
Teatre y el Teatro Gaudí han
iniciado este mes de septiembre un ciclo de Teatro Social con el que pretenden hacer reflexionar al público
acerca de diversas cuestiones que en estos momentos están muy de actualidad.
Con este objetivo se estrenó el pasado
miércoles día 3 la obra teatral Versus,
un texto de José Pascual Abellán que
pone sobre la mesa conceptos como la Libertad, el sacrificio y la tenacidad de
los vínculos familiares a través de una historia que nos puede resultar lejana
pero con la que, simbólica y metafóricamente, más de uno puede sentirse
identificado.
La sobriedad y la simplicidad que se respira
en el ambiente son el recurso utilizado por el director para presentar una
trama que, si por algo se caracteriza, es precisamente por la combinación de
estos dos elementos, a pesar de que detrás hay un mundo lleno de matices que descubrimos
solo cuando se cierran las luces y empieza la función.
Así, con una escenografía formada únicamente
por un cristal que parte el espacio en dos y dos teléfonos situados en cada uno
de los lados formados, nos adentramos en la historia de Versus.
Escuchamos una voz: “Las personas presas tienen derecho a dos comunicaciones orales de
veinte minutos cada una por semana, siendo posible juntar el tiempo de las dos
visitas semanales en una sola de cuarenta minutos”. Y se nos resuelve el
misterio. Estamos en el típico locutorio destinado a que los presos puedan
comunicarse con sus familiares y conocidos. Allí están Claudia (Giovanna Torres) y Camila (Raquel Saiz). La primera ha sido
detenida después de matar a su marido, un hombre que no era la primera vez que
la esperaba en casa con una botella de whisky en la mano para darle “su
particular reprimenda”. Claudia y Camila son hermanas, pero no acaban de
conocerse y entenderse la una a la otra.
A través de estos breves encuentros en la
“sala de comunicaciones de la cárcel”, el público descubre qué se esconde en la
cabeza y el corazón de estos dos personajes. Y lo hace a la vez que ellas
mismas. Hablan del amor, de la generosidad, de la familia, de sus vínculos, de
los deseos alcanzados y de los sueños que les quedan por conseguir. Y lo hacen
con una fuerza y una emoción tan sinceras que consiguen llegar hasta lo más
profundo del espectador para que él mismo se cuestione acerca de todo lo que ve
sobre el escenario.
Y así, poco a poco, pregunta tras pregunta,
llegamos al desenlace, en el que nos damos cuenta de que Versus va más allá de una reflexión sobre las cuestiones más
vitales de nuestra vida. Porque todo confluye en un mismo concepto: la
Libertad. ¿Puede ser que aquél que ha sido condenado y encarcelado sea más
libre que el que está en la calle? ¿Qué hace que, a pesar de gozar de una
libertad física, sintamos barreras internas que nos coartan y limitan a la hora
de actuar? ¿Puede la Libertad llevarnos a hacer cosas incomprensibles a los
ojos de los demás? ¿Qué puede llevarnos a renunciar a ella?
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