¿Sabes que la tuya no es la primera generación que anhela una vida plena de belleza y libertad?
(Albert Einstein)
El musical puede ser un género muy válido para
mostrar determinadas críticas sociales. Y si además la fórmula se acompaña de
comedia y de una compañía joven como CIA Bareka el entretenimiento está en
cierta manera garantizado.
Dirigida y escrita por Xavi Morató, Generació de Merda es un musical en
pequeño formato que habla de problemas que nos son muy cercanos, como la
crisis, las diferencias económicas o la inmigración.
La obra, más que una crítica directa a la crisis o a
los problemas de la juventud, es una recreación del espacio conocido que todos
los “urbanitas” de Catalunya o España compartimos. En ella se recrean historias
de gente joven que compra un par de pizzas en una tienda regentada por un
paquistaní un viernes, que se manda vídeos de gatitos por Youtube y que está
enganchada al Candycrash, al Facebook y al WhatsApp.
Los protagonistas, dos personas adultas que viven con
sus padres, reviven los tópicos de todos los musicales: chico conoce a chica,
se enamoran y salvan el mundo. Todo esto, malviviendo como becarios mal
pagados, autónomos precarios y eternos estudiantes de una universidad pública
cada vez más desprestigiada.
Otro punto a favor de Generació de Merda es que es una obra hecha por y para nuestra
generación “de mierda”. El texto y la música persiguen durante dos horas – sin
intermedio- el humor de nuestra época usando a los héroes de nuestra infancia,
como Doraemon, nuestros hábitos de fiesta y los topicazos actuales con los que
convivimos. Las canciones, otro punto fuerte del musical, enganchan tanto que
te quedas con las ganas de verlas subidas a Youtube o Spotify.
En definitiva, se trata de una obra entretenida y
accesible con la que pasar un buen rato y con la que olvidar los problemas
reales del mundo. Aún así, se echa de menos un poco de crítica real. Generación de mierda pretende protestar
contra la situación actual y la banalidad de la gente pero se queda en intento
ya que al final prima el chiste fácil y los protagonistas se convierten
inexplicablemente en salvadores de un mundo amenazado por un problema
imposible.
La obra la podréis ver hasta el 13 de abril en el
Jove Teatre Regina, pasada la
Diagonal.
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