“Sóc aquí per si caus però saltar, saltar ho has de fer tu”
(Assassinat a Atrium Viladecans; Cristina Clemente, Blanca Bardagil, Sergi Belbel, Jordi Casanovas)
La señora Amapola, en la
cocina, con un puñal. El profesor, en el hall, con una soga. El coronel, en la
escalera, con una pistola. ¿Quién no ha jugado alguna vez al Cluedo? ¿Quién no
ha tentado a la suerte acompañando a Sherlock Holmes y a su inseparable Watson
en sus múltiples aventuras? O ¿quién no ha desafiado a la mismísima Agatha
Christie intentando descubrir al oscuro y maléfico asesino que se esconde en
todas y cada una de sus famosas novelas?
El pasado fin de semana, el
equipamiento deportivo y cultural Atrium Viladecans se vistió de gala para
celebrar sus primeros diez años de historia. Lo hizo de una manera muy
especial: convirtió sus instalaciones en un auténtico recorrido teatral en el
que el público jugaba un papel muy importante. Y es que el misterio, la intriga
y, por qué no, también el humor, se unieron para entretejer una historia en la
que no faltó ninguno de los elementos clave de las mejores novelas de
suspense. La víctima de un crimen, trece sospechosos, múltiples móviles y un solo
culpable. La suma de todos ellos dio como resultado Assassinat a Atrium
Viladecans; una propuesta diferente apta para todos los aspirantes a detective.
Tres
previas para un asesinato
La obra empieza en el
polideportivo. Los asistentes esperan en las gradas a que empiece la función.
Alba Florejachs y Sergio Matamala son los primeros en aparecer. Ella es la
conductora del acto de celebración y él un técnico siempre dispuesto a
ayudarla. Después de la exhibición del equipo de básquet del equipamiento – que
ha colaborado en el montaje junto al equipo de Cruz Roja y del grupo de Aquagym
– y de la incorporación silenciosa y progresiva de diversos personajes a la
escena, los asistentes son testigos del desvanecimiento de Jaume Antich, el
director del centro. Ha sido asesinado y todos los presentes son sospechosos
del crimen. Divididos en tres grupos, los espectadores inician un recorrido rotatorio
por diversos espacios en los que podrán ver qué ha pasado con cada uno de los
implicados durante los 20 minutos anteriores al suceso; tres oportunidades
durante las que deberán estar muy atentos para recopilar todos aquellos datos
que les puedan ayudar a esclarecer, al final, quien es el culpable del
asesinato.
El primer escenario es la
pista de pádel. Allí, Clara Cols, Muguet Fran, Àlex Guix y Dani Ventosa se
ponen a las órdenes de la dramaturga Cristina Clemente para interpretar la
pieza La vida no es guanya, es perd,
una reflexión sobre el dopaje en el deporte que es quizá el mejor montaje de
toda la producción. Con una historia de fondo muy bien tejida e hilvanada,
Clemente muestra las razones que pueden llevar a una deportista de élite a
recurrir a la trampa y la mentira para conseguir mantener el éxito, además de
las reacciones que ello provoca a su alrededor.
Blanca Bardagil dirige Happy Birthday, un segundo montaje que
se desarrolla en la pequeña sala de teatro de que dispone el equipamiento y que
está protagonizada por Marta Domingo, Pablo Lammers, Laia Pastor y Alicia
Puertas. Interpretan a la familia del fallecido y, aunque en un primer momento
parecen felices e ilusionados con la celebración, la verbalización de los
secretos más oscuros de cada uno de ellos hará que los asistentes se den cuenta
de que no es oro todo lo que reluce y que hasta en las familias más bien
avenidas hay secretos capaces de destruirlo todo en un solo segundo.
La piscina es el último
escenario de la historia. Tal y como indica el nombre de la pieza, PiscinEROs gira
en torno a la amenaza constante a la que se enfrentan muchos trabajadores en la
actualidad en sus lugares de trabajo. Dirigida por Sergi Belbel, cuenta con la
interpretación de José Pedro García, Francesc Ferrer y Concha Milla en el papel
de los empleados amenazados y de Edu Gibert como abogado y verdugo de todos
ellos.
Una vez finalizado el
itinerario, el público vuelve a reunirse en el polideportivo donde, a través de
una pieza dirigida por Jordi Casanovas, se analizan cada una de las situaciones
y se descubre al asesino que, como en toda novela de intriga, es siempre quien
menos se espera. ¿O quizá alguien emuló a Hercules Poirot y consiguió
adivinarlo?
Assassinat
a Atrium Viladecans es un montaje capitaneado por la Compañía
Flyhard. Original en la forma y efímero por su corta estancia en cartel, la
producción ha marcado un referente y ahora solo cabe esperar cuándo tendremos
una nueva oportunidad para disfrutar de otro espectáculo con talento a cuatro
manos.
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