“El meu pare m’ha
lliurat a Aristènet per a què filosofi amb ell, i ell em renya moltíssim dient
que és inadequat que jo estigui amb una meuca… perquè és molt millor preferir
la virtut al plaer…”
(Conversaciones de Rameras)
¿Cómo vivían las prostitutas del S.III a.C? ¿Cuál era la realidad de la liberal y filosófica Grecia?
Conversaciones de rameras es el montaje teatral que la compañía Magatzems
Cortina Teatre llevó el pasado jueves 21 de marzo al escenario del Centro
Cívico Casa Elizalde de Barcelona. Protagonizada por las actrices Gisela
Figueras y Elisenda Rué, la obra está basada en fragmentos de Conversaciones de heteras, un texto
clásico escrito en el siglo II d.C por el griego Luciano de Samosata.
El espectáculo, ambientado en la antigua
Grecia, muestra el día a día de unas bellas y sofisticadas mujeres
dedicadas exclusivamente a acompañar y a amenizar los banquetes y
fiestas de la época. El sexo y también, en algunos casos, el amor, sirven
como hilo conductor de la función, que parte de una escena inicial escrita por
Jordi Lara en la que dos rameras hablan de la redacción del libro de mano de un
retórico sirio llegado a Atenas.
A partir de este momento, el tiempo
transcurre en ocho diálogos cuyo punto de conexión es la humanidad de los
personajes y la manera con la que sentimientos y pulsiones pueden, a
través de la comedia, dejar entrever ciertos comportamientos como la codicia,
la traición y el egoísmo humano.
La pérdida de un cliente por el que una
de las heteras empieza a sentir algo, la preparación física que requiere su
trabajo, el paso del tiempo, la ansiada juventud, la manipulación a la que
se ven sometidos los clientes (con la casta del ejército como grueso del mismo)
y el inicio de las jóvenes en la profesión, muchas veces incitadas por sus
propias madres, son otras de las situaciones que se representan en la obra, que
se sucede a un ritmo muy frenético y que tiene siempre como telón de fondo a
astucias basadas en el malentendido y la picardía.
Conversaciones de Rameras destaca especialmente por la
interpretación de las dos actrices protagonistas, que encarnan a la vez a
diversos personajes a los que se diferencia por el uso de diversas máscaras
clásicas, un elemento que fue clave para el teatro de la época. Además, la
aparición de un narrador con personalidad propia y totalmente ajeno a la
historia permite que el espectador se sumerja en la narración y se sienta
partícipe de la misma.
Con traducción y notas de Sergi Grau y bajo
la dirección de Jordi Lara, Conversaciones
de Rameras posee una puesta en escena sencilla que logra el objetivo
deseado: centrar al público en el discurso para que pueda captar el mensaje de
la historia. Y es que, si algo está claro es que, a pesar del paso del tiempo,
el comportamiento humano no ha cambiado tanto.
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