“Un país sin educación y sin cultura es un país sin identidad”.
(Aitor Tejada, Codirector de Kamikaze Producciones, Premios Max 2012)
“Para mí, el amor es un teatro lleno”. Así de contundente se mostró
el actor de origen vasco Asier Etxeandía al recoger el pasado 30 de abril en el
Teatro Circo Price de Madrid el Premio Max al Mejor Actor Protagonista por su
papel en la obra “La Avería”, una de las grandes triunfadoras de la noche junto
a “Veraneantes”. Ambas recibieron cinco galardones: la primera, dirigida por
Blanca Portillo, se llevó los Max a la Mejor Dirección de Escena, Mejor
Escenografía, Mejor Figurinista, Mejor Diseño de Iluminación y el del ya citado
Mejor Actor Protagonista, mientras que la segunda, dirigida por Miguel del
Arco, se hizo con los títulos de Mejor Espectáculo de Teatro, Mejor Adaptación
de Obra Teatral, Mejor Composición Musical, Mejor Actriz Protagonista y Mejor
Productor.
Pero si se han escogido estos
premios, reconocimiento más importante del panorama actual en lo que a artes
escénicas se refiere, como estreno de este blog no es por la calidad de los
artistas y productos galardonados en la gala, que es indiscutible; ni por la
emoción de los actores al recoger sus premios, compartida por todo el público;
ni tan sólo por la repercusión que tienen los resultados finales de las
votaciones sobre la oferta artística española, hecho indudable y que se repite
año tras año. El motivo de estas líneas es la polémica surgida a raíz de las
críticas contenidas en los discursos de algunos de los premiados hacia las
políticas culturales establecidas por el gobierno, que dejan al arte en general
y al teatro y sus derivados en particular en una situación alarmante.
Una caída de casi el 38% respecto a las partidas de 2008
El presupuesto que el Gobierno
español destinará este año a Cultura asciende a un total de 760 millones de
euros, lo que supone una caída del 37,7% respecto al año 2008 en el que la
cifra era de 1.220 millones de euros. Si se comparan estos datos con los del
año pasado, el descenso es del 15,1%.
Para artes escénicas, la cantidad
recibida asciende a 205,94 millones de euros, de los que 89,77 millones estarán
destinados a música y danza y 45,11 millones serán para el teatro.
Ante esta coyuntura y con “muchas facturas pendientes de cobrar”, tal
y como afirmó durante la gala Aitor Tejada, codirector de Kamikaze
Producciones, S.L. y ganador del Premio Max al Mejor Productor Privado de Artes
Escénicas por “Veraneantes”, la situación actual de la cultura española no es
nada esperanzadora. Tejada fue claro, directo y categórico al pedir la ayuda de
los presentes en el acto para luchar juntos a favor de un mayor reconocimiento
de la cultura y en contra de los falsos mitos creados alrededor del hecho
cultural: “Es el momento de que todos nos
unamos para defender esta profesión tan vilipendiada por muchos, porque parece
ser que somos el único gremio que recibimos subvenciones y no es verdad”.
Una crisis que afecta a todos
A pesar de las buenas críticas y
del amplio reconocimiento recibido durante la celebración de la gala de la
presente edición de los Premios Max, “Veraneantes” se ha visto obligada a bajar
el telón debido a la falta de contratación por parte de los ayuntamientos. “La situación es muy dura”, sentenció
Miguel del Arco, codirector de Kamikaze Producciones. En la misma línea se
manifestó Francisco Valcarce, director de la compañía teatral La Machina de
Teatro, quien al recoger el premio al Mejor Espectáculo Revelación por “En alta
mar” declaró: “Acabamos de cumplir los 20
años y no sabemos si llegaremos a los 25”.
Los impagos, la ausencia de
subvenciones y la percepción cada vez más generalizada de la política cultural
como política pública secundaria son los principales factores motivadores de
esta situación que, a pesar de las
adversidades, continúa caracterizándose por la existencia de una gran actividad
creativa a todos los niveles que permite tener las salas llenas en cada
actuación.
Salvador Sunyer, director del
Festival Temporada Alta y ganador del Premio Max a las Nuevas Tendencias
Teatrales, fue quizá el más crítico con el estado actual de la Cultura del
país: “No estamos contentos porque en
este momento, desde que este Titanic que es España hace aguas por todas partes,
hay mucha gente que cree que los que trabajamos en el teatro, el circo, la
danza y en la cultura en general somos simplemente esa orquesta que sigue
tocando como imbéciles mientras el barco se hunde. Y me temo que esto es un
error. Creo que en este momento, cuando se hunde el barco, la cultura es uno de
los pocos botes salvavidas que nos quedan”.
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